In response to the uninterrupted acts of intimidation and violence committed in the last two months by Cuban authorities against members of the dissident organization Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), its leader José Daniel Ferrer, and his family, more than 30 Cuban and international human rights organizations issued the following statement:
We call on the Cuban authorities to immediately end the unlawful police abuse, arbitrary detentions, exorbitant fines, and invasive home raids of members of UNPACU. Cuban state security must end its occupation of the perimeter of José Daniel Ferrer’s house, as well as its surveillance and control over the access points to the home which serves as the headquarters of UNPACU. The most recent actions align with a pattern of harassment by Cuban authorities against the organization’s members and other political dissidents. The Cuban government must stop the persecution and repressive actions against activists, human rights defenders, and independent journalists, and must immediately free the 125 to 136 political prisoners documented by Observatorio Cubano de Derechos Humanos and Prisoners Defenders respectively.
It is unacceptable for the international community to tolerate harassment and repression against dissidents, and these acts should not become normalized in the eyes of global public opinion. Cuba has been part of the United Nations Human Rights Council for four out of the five terms (for a total of 12 years) and in October 2020 it aspires to reoccupy a seat. To do so, Cuba must commit itself to Resolution 60/251 of the General Assembly, which requires States to comply with the strict standards related to the protection and promotion of human rights.
Background
On April 3, 2020, a court in Santiago de Cuba condemned opposition figure Jose Daniel Ferrer and three other UNPACU activists to four-and-a-half years of house-arrest after finding them guilty for the supposed crime of “injury and deprivation of freedom” against another citizen. The accusations were presented in an irregular trial conducted behind closed doors. The four accused activists had been in prison since October 2019.
International institutions and independent Cuban civil society organizations denounced various aspects of Jose Daniel Ferrer’s detention and imprisonment. At the onslaught, independent lawyers argued that Cuban authorities had violated Article 241 of the Law of Penal Procedure when they raided Mr. Ferrer’s home without an order of detention nor a search warrant. In October 2019, the UN Committee on Forced Disappearances launched an “Urgent Action” in response to the arrests and unknown whereabouts of Mr. Ferrer and his companions, demanding an explanation from the Cuban government. After analyzing Cuba’s response, in January 2020, the committee confirmed a 37 day disappearance and asked the Cuban Government “to proceed without delay to an exhaustive and impartial investigation into the circumstances of the disappearance of Mr. José Daniel Ferrer”. In November 2019, the European Union Parliament also issued a resolution condemning the arbitrary detention and reported torture suffered by Mr. Ferrer.
After the transfer of Jose Daniel Ferrer from prison to house-arrest in 2020, Cuban authorities continued harassing UNPACU activists and their families. As of July 2020, these instances have escalated and are part of a wave of repression denounced by the international press and civil society organizations.
Amnesty International previously recognized Mr. Ferrer as a prisoner of conscience while he was incarcerated from 2003 to 2011. His arrest was part of a wave of government repression against dissidents known as the “Black Spring”, during which 75 people were condemned to lengthy prison sentences under Law 88 of the Protection of Cuba’s National Independence and Economy. Likewise, the Inter-American Commission on Human Rights granted Mr. Ferrer precautionary measures in 2012, asking the Cuban government to adopt all necessary measures to guarantee his rights to life and personal security.
José Daniel Ferrer has been awarded the 13th International Human Rights Prize of the Fundación Hispano-Cubana, the Democracy Prize of the National Endowment for Democracy and the 2020 Truman-Reagan Medal of Freedom.
In the first days of September 2020, Cuban authorities carried out more than fifty detentions and official citations with the objective of prohibiting the participation of civil society groups like UNPACU and other human rights activists in the “Sunflower Revolution”, a peaceful protest called for on September 8, 2020 with the intention of encouraging citizens to take to the streets with a sunflower or yellow belt as a sign of protest.
This pattern of repression has accelerated during the coronavirus pandemic, as uncertainty increases, aggravated by an economic crisis of extraordinary proportions. The militarization of the largest cities, especially Havana, and the police abuses not only against activists but also against the general population including minors, is particularly worrying.
En respuesta a los actos de intimidación y violencia cometidos de forma ininterrumpida durante los últimos dos meses por las autoridades cubanas contra miembros de la organización disidente Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), su líder José Daniel Ferrer, y sus familiares, más de treinta organizaciones cubanas e internacionales de derechos humanos emitieron la siguiente declaración:
Solicitamos a las autoridades cubanas que cesen de inmediato el abuso policial, las detenciones arbitrarias, las multas exorbitantes y los allanamientos a viviendas de los miembros de la UNPACU. La Seguridad del Estado debe poner fin a la vigilancia y al cerco impuesto para controlar el acceso a la casa de José Daniel Ferrer, que funciona como sede de la UNPACU. Las acciones más recientes se alinean con un patrón de hostigamiento por parte de las autoridades cubanas contra los miembros de la organización y otros disidentes políticos. El Gobierno debe detener la persecución y las acciones represivas contra activistas, defensores de derechos humanos y periodistas independientes, y debe liberar de inmediato a entre 125 y 136 presos políticos, documentados por el Observatorio Cubano de Derechos Humanos y Prisoners Defenders, respectivamente.
Es inaceptable que la comunidad internacional tolere el acoso y la represión contra disidentes. Estos actos no deben normalizarse a los ojos de la opinión pública mundial. Cuba ha sido parte del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas durante cuatro de los cinco mandatos (para un total de 12 años) y en octubre de 2020 aspira a volver a ocupar un escaño. Para hacerlo, debe comprometerse con la Resolución 60/251 de la Asamblea General, que obliga a los Estados a cumplir con los más estrictos estándares en la protección y promoción de los derechos humanos.
Antecedentes
El 3 de abril de 2020 un tribunal de Santiago de Cuba condenó al opositor José Daniel Ferrer y a otros tres activistas de la UNPACU a cuatro años y medio de prisión domiciliaria, tras declararlos culpables del supuesto delito de “lesión y privación de libertad” contra otro ciudadano. Las acusaciones fueron presentadas en un juicio irregular realizado a puerta cerrada. Los cuatro activistas acusados se encontraban en prisión desde octubre de 2019.
Instituciones internacionales y organizaciones independientes de la sociedad civil cubana denunciaron diversos aspectos de la detención y el encarcelamiento de José Daniel Ferrer. Abogados independientes argumentaron que las autoridades cubanas habían violado el artículo 241 de la Ley de Procedimiento Penal cuando allanaron la casa del Sr. Ferrer sin una orden de detención o una de registro. En octubre de 2019 el Comité Contra las Desapariciones Forzadas de la ONU lanzó una “Acción Urgente” sobre las detenciones y el paradero desconocido del Sr. Ferrer y sus compañeros, exigiendo una explicación al Gobierno cubano. Tras analizar la respuesta de Cuba, en enero de 2020, el Comité confirmó que ellos habían estado desaparecidos durante 37 días y solicitó al Gobierno “proceder sin demora a una investigación exhaustiva e imparcial sobre las circunstancias de la desaparición del señor José Daniel Ferrer”. En noviembre de 2019 el Parlamento de la Unión Europea también emitió una resolución condenando la detención arbitraria y las denuncias de tortura padecidas por el Sr. Ferrer.
Después de transferir al Sr. Ferrer de la cárcel al arresto domiciliario en 2020, las autoridades cubanas continuaron hostigando a activistas de UNPACU y a sus familiares. Desde julio de 2020 estos hechos se han intensificado y se integran a una oleada de represión denunciada por la prensa y por organizaciones internacionales de la sociedad civil.
Amnistía Internacional reconoció anteriormente al Sr. Ferrer como preso de conciencia mientras estuvo encarcelado de 2003 a 2011, cuando fue víctima de una oleada de represión gubernamental contra disidentes conocida como “Primavera Negra”, durante la cual 75 personas fueron condenadas a largas penas de prisión bajo la Ley. 88 “De Protección a la Independencia Nacional y la Economía de Cuba”. También, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos le otorgó a Ferrer medidas cautelares en el 2012, solicitando al gobierno cubano adoptar todas las medidas necesarias para garantizar sus derechos a la vida y a la integridad personal.
José Daniel Ferrer ha sido galardonado con el XIII Premio Internacional de Derechos Humanos de la Fundación Hispano-Cubana, el Premio a la Democracia del Fondo Nacional para la Democracia y la Medalla de la Libertad Truman-Reagan 2020.
En los primeros días de septiembre de 2020 las autoridades cubanas llevaron a cabo más de cincuenta detenciones y citaciones oficiales con el objetivo de prohibir la participación de grupos de la sociedad civil como UNPACU y otros activistas de derechos humanos en la “Revolución de los Girasoles”, una protesta pacífica convocada para el 8 de septiembre con la intención de animar a la ciudadanía a salir a las calles con un girasol o cintas amarillas en señal de protesta.
El patrón de represión se ha acelerado durante la pandemia del coronavirus, a medida que aumenta la incertidumbre, agravada por una crisis económica de dimensiones extraordinarias. La militarización de las ciudades más grandes, especialmente La Habana, y los abusos policiales no solo contra los activistas sino también contra la población en general, incluidos los menores, constituyen elementos particularmente preocupantes.
Signatories.
- Alas Tensas
- Árbol Invertido
- Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL)
- CIVICUS
- Civil Rights Defenders
- Comité Cubano Pro Derechos Humanos
- Confederación Obrera Nacional Independiente de Cuba
- Cubalex
- Cubanet
- Cultura Democrática
- Demo Amlat
- Freedom House
- Fundación Ciudadanía y Desarrollo (Ecuador)
- Fundación para la Democracia Panamericana (FDP)
- Instituto de Artivismo Hannah Arendt (INSTAR)
- Instituto Político para la Libertad (IPL Perú)
- Mesa de Diálogo de la Juventud Cubana
- Movimiento para la Libertad de Expresión (MOLE)
- Movimiento San Isidro
- Museo de la Disidencia
- Observatorio Cubano de Derechos Humanos
- Partido Arco Progresista
- People in Need Slovakia
- People in Need
- Prisoners Defenders
- Promotores de Cuba Decide
- Race and Equality
- Red Femenina de Cuba
- Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia (Juventud LAC)
- Red Latinoamericana y del Caribe para la Democracia (REDLAD)
- Robert F. Kennedy Human Rights
- Solidaridad de Trabajadores Cubanos