Our Voices

El desafío que presenta COVID-19 para la República Dominicana

Washington, DC. 18 de mayo de 2020

El Instituto Internacional sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos y Robert F. Kennedy Human Rights nos unimos a la sociedad civil dominicana para expresar nuestra preocupación por los desafíos que representa el COVID-19 para la población en la República Dominicana y en particular, para aquellas personas cuya situación de vulnerabilidad preexistente se ve agravada en este contexto.

Esta población en situación de mayor vulnerabilidad ante el COVID-19 incluye las miles de personas dominicanas que han sido desnacionalizadas; las personas apátridas o en riesgo de apatridia; y los migrantes y refugiados, entre ellos cientos de personas venezolanas que han tenido que huir de su país. Muchos migrantes haitianos, así como dominicanos desnacionalizados viven en bateyes, y otras comunidades pobres e informales que carecen de muchos de los servicios básicos que existen en otras áreas, tales como agua corriente, electricidad y servicios sanitarios y de salud adecuados.

En este momento, el acceso a los servicios estatales esenciales es fundamental. Aunque han pasado casi seis años desde la aprobación de la Ley 169-14, muchas personas dominicanas desnacionalizadas aún no tienen acceso a sus documentos de identidad dominicanos. La carencia de estos documentos restringe su acceso a la salud, al seguro social, y otros servicios de protección social del Estado que hoy más que nunca son esenciales. Esto también aplica de manera más amplia a personas migrantes que no tienen ni permisos de residencia ni un estatus regular en el país.

Frente a esta pandemia, y reconociendo que es un enorme desafío para la República Dominicana, es importante que todas las personas tengan acceso a los mismos estándares y protecciones a su salud. Por ello nos unimos al llamado de las organizaciones dominicanas al Estado a “tomar medidas para garantizar a todxs en la República Dominicana, sin discriminar, condiciones mínimas y dignas de subsistencia y unirnos en la tarea de combatir la propagación del coronavirus” y en reconocer al Estado dominicano por suspender las detenciones con fines de deportación como parte de las medidas para evitar la propagación del COVID-19 y reducir el impacto negativo en la población migrante.

Una de las mejores maneras de garantizar una respuesta efectiva es involucrar a las personas y comunidades afectadas directamente. Coincidiendo con los métodos basados en pruebas y colaboración con la sociedad civil sugeridos por los actores mundiales en la esfera de la salud y organizaciones que trabajan con estas poblaciones en mayor riesgo, animamos al Estado dominicano a que continúe involucrando a las organizaciones dominicanas que acompañan a estas comunidades para tener una visión integral del impacto del COVID-19.

Tal como lo han señalado diversas agencias de las Naciones Unidas, así como la Oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, es de vital importancia que todas las personas apátridas, migrantes y refugiadas puedan tener el mismo acceso que el resto de la población a servicios de salud, no solo por tratarse de un derecho del que son titulares sino además, “servirá para proteger la salud pública y frenar la propagación mundial del COVID-19”.

En este momento crítico, expresamos nuestra solidaridad con todas las personas ya afectadas por el COVID-19 en el territorio dominicano y animamos al gobierno de la República Dominicana a que garantice el acceso a pruebas y tratamientos para todas en el país y extienda las medidas económicas a los grupos vulnerables y las comunidades que están en mayor riesgo.

New year, new us. Same mission.

Robert F. Kennedy Human Rights is rebranding to honor the legacy of our founder and hero, Mrs. Ethel Skakel Kennedy. From now on, we will proudly be known as the Robert & Ethel Kennedy Human Rights Center

While our name is changing, our mission and work remain the same. We will continue to fight injustice, advance human rights, and hold governments accountable around the world in 2026 and beyond.